lunes, 18 de octubre de 2010

Despertar

Aturdido se despertó con una punzada en la sien y un flujo viscoso rodando desde su nariz a la almohada. La luz  de las farolas entraba por toda la habitación hasta sus ojos. Pero aún los tenía cerrados y soñaba que le dolía la cabeza y le sangraba la nariz mientras dormía y que una luz hiriente le despertaba de aquel sueño en el que soñaba que la cabeza le iba a explotar y que un río rojo inundaba la almohada, mientras una chicharra se situaba junto a su oído, pertinaz, escandalosa, aturdiéndole aún más, cambió de postura, se giró sobre sí mismo y saltó de la cama mientras con la mano izquierda aporreaba al insecto, después encendió la lámpara de la mesilla y la luz inundó la habitación.Su cabeza y su nariz aceptaron la realidad. Lunes, maldita sea.

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